Capitulo 2- Lluvia de estrellas.
Después de un merecido descanso, tenemos que seguir
trabajando, es entonces cuando vemos entrar por la puerta a Dani, el hermano
pequeño de César.
- Bueno, bueno ¿que tenemos aquí? si es la parejita del
pueblo. Pásame una Coca-Cola anda preciosa.
- Que alegría verte por aquí Dani- Le digo algo sarcástica.
- Todo los días dando por culo , te voy a empezar a
cobrar la Coca-Cola chaval.
- Se que estáis estresados de tanto trabajo duro , pero
tranquilos. Yo también he tenido una mañanita ajetreada jajaja.
-¿Jugando al futbol no? Que envidia me das macho.- Le
digo más animada.
- Si entrenando un poco, y adivinar quién está ahorrando
para comprarse una nueva guitarra, yooo!
- Anda ¿te ha dejado mamá?-. Le dice César algo
extrañado.
- Más o menos, le he dicho que voy a ahorrar ,pero no
para qué.
-¿Y lo del equipo de futbol qué?- Le pregunto algo
intrigada.
- Bueno eso tendrá que esperar , ahí sí que no llegamos.
Es mucho dinero al mes.
- Para algo que se te da bien- Le dice César descojonandose.
- Anda caya ya jajaja! Bueno os dejo, voy a seguir
limpiando coches a ver si me saco algo de propinilla.- Dice Dani despidiendose.
Son ya las nueve de la noche, terminó el vender comida,
ahora toca soportar a mi estresante prima de vuelta de la biblioteca, que es
donde suele tirarse todas las tardes desde que empezó la universidad, se está tomando muy enserio su carrera. Pero tanto estudiar hace que se
vuelva más irritante de lo que ella es de por sí.
- Dicen que esta noche va a haber lluvia de estrellas, la
gente va a ir al lago a verlo, podemos ir juntos si quieres.
La propuesta de
César me gusta bastante, todos los años hay una lluvia de estrellas a
principios de septiembre. Y me vendría bien relajarme un poco esta noche. Lo
malo es que va todo el pueblo, y no me gustan mucho las multitudes, en este
pueblo sigo siendo la niña rara que se le murieron los padres.
-¿Lluvia de estrellas? Seguro que el lago se va a llenar
de gente, sabes que eso no me hace mucha gracia.
- Tranquila, un publicista piensa en todo. Ya sabía ese
pequeño dato, así que he encontrado un sitio ideal donde ver la lluvia de
estrellas mucho mejor que en el lago y vacío de gente. ¿Se atreve señorita?.
César y su hermano, tienen el mismo sentido del humor y
son igual de extrovertidos, vendrá de familia. Además te convencen de hacer
cualquier cosa ,por mucho que te niegues terminas haciéndoles caso.
- Esta bien, iremos. Pero antes tengo que avisar a mi
tía, tiene que llegar en breve del trabajo.
De camino a mi casa nos encontramos con mi prima, a mi prima no le hace mucha gracia que pase tanto
tiempo con César, le cae muy bien, pero dice que me voy a terminar enamorando,
y que el ya está enamorado de mi. Cosa que no es cierta, porque lo nuestro es
solo amistad, una amistad muy buena donde la confianza es enorme.
- Hombre ¿como vosotros fuera de la tienda?- Nos dice
Katy con su increíble buen humor.
-¿Como tu fuera de la biblioteca?- Le respondo algo
enfadada.
- Halla paz chicas.
- Esta noche es la lluvia de estrellas ¿iremos a verla
no?- Me dice Katy mirándome fijamente.
- Yo no, estoy cansada.
En ese momento mire a César desesperada, para que me
cubriera, no quería que Katy se enterara de que nos íbamos juntos al lago,
encima a un lugar apartado de la gente. Se iba a pensar cosas que no son.
-¿Y tú César?- Vuelve a preguntar.
- Mmm,yo a lo mejor me paso.
Llegamos a mi casa, y sabía que Katy iba a tardar en
arreglarse para ir al lago, siempre va impecable, y esa terminantemente
prohibido para ella repetir algún conjunto. No es que tenga mucha ropa, pero
sabe combinarla bastante bien.
Katy se mete en la casa, para empezar cuanto antes la
operación ¿qué me pongo?, entonces César me clava una mirada asesina.
-¿Se puede saber cómo cojones piensas ir al lago sin que
te vea tu prima? ¿Y porque no quieres que te vea?
- Ya sabes lo que piensa de nosotros dos , si se entera
de que vamos juntos, y no nos ve entre todo el barullo de gente, se va a pensar
algo raro.- Le digo a César algo arrepentida.
- Pues que piense lo que quiera Helena, tu y yo sabemos
lo que hay, y el resto de la gente te tiene que dar igual.
- Dejémoslo así, esta mejor. Espérame donde siempre, en
los olivos , dentro de media hora estoy allí, tengo que esperar a que mi prima
se vaya.
- Esta bien...
Es la primera vez que veo a César molesto. Siempre tiene esa sonrisa en la
cara, que me da tanta alegría por las mañanas.
Me siento un poco mal por este pequeño malentendido, a lo
mejor cree que no quiero que piensen eso de nosotros porque me da vergüenza.
Pero realmente no es así.Desde que empezamos a ser amigos, e íbamos a todos lados
juntos, la gente se metía mucho con César, algunos le llamaban marica, otros
decían que solo tenía ojos para mi , que era un lameculos, lo trataban como a
un pringado. Él me dice que siempre lo han tratado así, que no es culpa mía,
pero sinceramente, no le creo. Todos esos insultos vienen a raíz de su relación
conmigo.Decido dejar a un lado lo que acaba de ocurrir, seguro
que cuando estemos en el lago se le pasa el mosqueo.Al entrar en casa mi tía está haciendo la cena, huele que
alimenta, y la verdad traigo mucha hambre, es el entretenimiento perfecto para
esperar a que se arregle Katy.
-¡Helena, si has llegado! No te he visto en todo el día
cariño, ¿qué tal en la tienda?- Mi tía me recibe tan cariñosa como siempre.
- Hola tita, muy bien la verdad , ha sido un día largo.
- Me lo imagino cariño, bueno siéntate la cena esta casi
lista.
Empiezo a comer, mas bien a engullir el plato de pasta que me sirve mi tía.
Katy baja por las viejas y sucias escaleras de madera que
dan al altillo , donde tenemos nuestros dos cuartos.
- Ya estoy lista. ¿Qué os parece?
Me deja con la boca abierta, va espectacular. Con un
vestido rojo corto , ceñido por arriba con un cuello cerrado, y con mucho
vuelo. Debajo lleva unas medias tupidas negras, unas manoletinas doradas con
brillitos súper elegantes. Y el pelo suelto cayéndole por el pecho, ondulado de
la trenza que ha llevado puesta todo el día.Parece una estrella de cine. Yo sin embardo soy mucho más sencilla
para eso de la ropa, voy siempre con mis vaqueros desgastados y camisetas
anchas, no me gusta cómo me queda la ropa ceñida, y tampoco me veo como Katy,
con un vestido de súper estrella.
- ¿Qué te parece Helena, me das el visto bueno o no?
- Jajaja. Te queda sensacional. Te van a envidiar todas
las niñas del pueblo. Yo que tu tendría cuidado esta noche.
Término de comer y no tengo muchas ganas de que mi tía me
eche una charla, ni que me pregunte qué me pasa. Porque se me nota en la cara
que estoy disgustada. Así que subo las escaleras corriendo y le doy las buenas
noches a mi tía.
Ha pasado ya media hora desde que me despedí de César,
tiene que estar en los olivos esperándome.
Pongo la almohada como si fuera yo, tapada con la manta.
Para que parezca que estoy en la cama. Cojo una chaqueta, hace algo de frío. Y
decido ponerme el pelo suelto , con un gorro gris de lana. Salgo por la ventana
del cuarto de Katy, es más complicado salir por la mía, y voy corriendo hasta
el punto de encuentro con César. Y efectivamente ahí está, apoyado sobre un
árbol con cara de aburrido, debe llevar ya un tiempo esperándome.
- Siento el retraso ¿llevas mucho tiempo aquí?-Le dedico una de mis mejores sonrisas, no sé si se le ha
pasado el enfado todavía.
- Señorita, llega diez minutos tarde. Le voy a tener que
comprar un reloj para que empiece a serme puntual. A un chico de mi categoría
no se le puede hacer esperar.- Me dice con esa sonrisa tan deslumbrante que
tiene siempre.
- Perdona, mi prima ha tardado años en arreglarse.
Parece que va a una pasarela en vez de al lago.
Empezamos a caminar entre los olivos había oscurecido
hace ya rato, la lluvia de estrellas tiene que estar a punto de empezar.
- Ya hemos llegado
Helena. Detrás de esa pequeña colina vas a ver la mejor lluvia de estrellas que
hallas visto en toda tu vida.
Realmente es un buen sitio, no hay nada de gente, es solo
para nosotros, cuando pasas la colina se ve un acantilado enorme. Y una piedra
plana bastante grande donde supongo que nos sentaremos pare ver la lluvia. Se
puede ver desde aquí todo el cielo estrellado, es impresionante y a lo lejos se
ve el lago con la luna que se refleja sobre el . Los árboles que mecen sus
hojas de un lado para otro con el suave viento , y ese fresco olor a menta que
viene del bosque, hacen que todo sea mucho más mágico.
- César, esto es precioso
- Si es genial.
Justo en ese instante comenzó la lluvia con la primera
estrella, una estrella grande y brillante , que caía a gran velocidad.
Me acomodo en la plana piedra, mis pies están colgando en
el precipicio, y yo tumbada hacia atrás. De esta manera parece que las
estrellas caen hacia mí. César se pone a mi lado , pero él está incorporado.
Los dos estamos disfrutando de este maravilloso momento. El cielo está repleto
de estrellas brillantes que caen desde arriba, y ves como se reflejan en el
lago. Todo el bosque esta en armonía, es una noche mágica, y tenemos la suerte
de disfrutarla cada año.
Por un momento mi mirada se aparta de el cielo, observo
detenidamente a César, se encuentra maravillado, se le ve en los ojos lo mucho
que está disfrutando. Puedo ver en su rostro esa sonrisa, que me ha iluminado
cada día que he pasado con él, cada mirada cómplice que nos hemos dedicado el
uno al otro, puedo ver su ceño fruncido cuando se enfada conmigo, su mirada de
estar perdiendo la paciencia, y mira que es difícil que él la pierda. Justo
ahora me estoy dando cuenta, de lo mucho que ha hecho esta persona , que está
sentada a mi lado disfrutando como un crío , por mí. Me ha regalado cada minuto
, cada segundo de sus días, durante estos últimos tres años, desde el
principio. Por mucho que las cosas empeoraran, o se complicaran , nunca tiró la
toalla, siempre estuvo a mi lado, protegiendo a la chica fuerte. La que tiene
una gran coraza, porque no quiere volver a sufrir, pero que en el fondo es la
chica más frágil de todas. Y sólo él se dio cuenta , de que realmente si que
necesitaba a alguien en el que apoyarme, aunque no lo demostrara e intentara
evitar cualquier tipo de ayuda.
-¿Helena te pasa algo?
Me quedo blanca y muerta de vergüenza. Le respondo como
puedo: -No, nada.
- Ah como me estabas mirando pensaba que te sentías mal o
algo.
- No tranquilo no es nada. Qué bonito ¿verdad?
- Si esto es como un sueño.
- Si, y creo que va siendo hora de soñar un poco. Es
tardísimo tendría que ir volviendo a casa. ¿Te vas a quedar ?
- No te acompaño, no tiene sentido seguir viendo esto
solo.
El camino de vuelta se hizo bastante largo, yo estaba muy
cansada. El pensar que mañana tengo que madrugar y volver a la tienda, hace que
me entre mas sueño todavía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario