Una mañana más me despierto entre las mismas sábanas, el
mismo olor a jazmín del ambientador que lleva un año enchufado y no se gasta,
entre estas cuatro paredes, las mismas de siempre. Llevo tres años
despertándome en esta casa, la que se supone que es mi hogar, pero realmente no
me siento así, no me siento como en casa. La rutina acaba conmigo cada día,
cansa tanta monotonía.Me levanto, y recojo mi cabello recién cortado con una
pinza como puedo, al tenerlo corto se terminan saliendo todos los pelos.Mi tía está trabajando, así que estoy sola en la casa con
mi prima. Katy, mi prima, quiere hacer la carrera de derecho, siempre le ha
entusiasmado todo ese tema de las leyes y la justicia. Su sueño es llegar a
dirigir un juicio,tiene tan claro en qué dirección quiere llevar su vida, el
camino que quiere tomar. A veces me da hasta envidia.Yo sin embardo no estoy
estudiando, me dedico a ayudar a César en la tienda; así me gano un dinero y
puedo ayudar a mi tía con los gastos.
-¡Joder Helena, no me has avisado son y media ya!, voy a
llegar tarde por tu culpa, ni he desayunado todavía.- Katy entra a la cocina
dando gritos, odia llegar tarde.
-No te pongas
histérica anda, que te da tiempo- Intento tranquilizarla, pero es inútil.
-No, claro que no me da tiempo, tengo examen de economía
a primera, no puedo llegar ni un minuto tarde.
- Toma, comete una manzana por el camino.- Le lanzo la
manzana y la pilla al vuelo.
En menos de un segundo ya ha salido por la puerta con la
mochila colgada de un hombro, la manzana en la boca y cargando una carpeta con
miles de apuntes.
Bueno empieza mi rutina, mi jornada laboral, llego
puntual como habitualmente.César esta desembalando mercancía, tan alegre como
siempre, canturreando canciones de aquí para ya.
- Buenos días Helena!!!!!! Bienvenida a la tienda donde
tus sueños se hacen realidad.Solucionamos todos tus problemas.
-Buenos días jajaja.
- Bueno empecemos a trabajar hoy te toca inventario ha
venido nueva mercancía señorita.-Me dice entusiasmado.
Hacer inventario es aburridísimo, por eso nos turnamos,
cada dos semanas lo hace uno. Ponerse a contar cada producto que hay en las
estanterías , y los que hay en el desván es agotador. Y más te vale no
equivocarte porque sino vuelta a empezar.
Es la hora de comer, llevamos ya tres horas en la tienda Ha llegado Carmen, la madre de César,
como siempre nos trae algo de comer para los dos. Esta mujer es un encanto, me
cae súper bien, y siempre cuida de mi como si fuera su hija, creo que ambas nos
hemos cogido un cariño especial.
- Hola chicos, ¿qué tal os va el día? Habréis vendido
mucho seguro, losé. Aquí os traigo la comida, no me ha dado tiempo a prepararos
un postre bueno , pero os he traído unas natillas y de comer pollo con patatas,
venga a comer antes de que se enfríe.
- Mamá por dios , respira que te vas a ahogar de hablar
tan rápido.
- Buenas señora Qulimbin, muchas gracias por la comida ,
siempre molestándose en traérnosla- le digo tímidamente.
- Helena no empieces ,llámame Carmen que así me haces
sentir más joven y todo.
-Pues yo estoy enmallado saca ya ese pollo, que hay que
aprovechar la comida de la mami.
Nos sentamos en el desván César y yo, en una pequeña mesa
redonda con dos sillas viejas, y
comenzamos a comer la deliciosa comida de Carmen, la verdad es que es un
gustazo tener a su madre de cocinera, hace los mejores platos que yo he probado
en mi vida.
Cuando llegué al
pueblo me sentía bastante sola, mis padres acababan de morir en un trágico
accidente de avión, y no me quedó más remedio que venirme a vivir con el único
familiar que tengo, mi tía Mari Sol. Ella supo afrontar esta situación muy
bien, me comprendía y tuvo mucha paciencia conmigo, mi tía es una persona muy
estricta, pero a la vez divertida. Me ha educado en la etapa más difícil, mi
adolescencia. Y lo ha hecho como lo hubiera hecho mi madre, estoy segura.
También yo se lo puse muy difícil, era una chica complicada, y todo lo que
había pasado era demasiado para una niña de quince años .Por otro lado nunca me
he llevado muy bien con mi prima, Katy , es más los primeros días de
convivencia eran horribles, no éramos capaces de hacer algo sin discutir. Dicen
que el roce hace el cariño y algo parecido nos pasó a nosotras. Ahora nos
llevamos mucho mejor , pero seguimos guardando cierta distancia.
Conocí a César cuando empecé el instituto, me sentaron al
lado suya el primer día , y como es un niño muy extrovertido empezó a contarme sus
fantasías. Él era un pesado conmigo, me acuerdo que cuando tocaba la sirena
para salir al recreo, me seguía a todos lados contándome cosas y atiborrándome
a preguntas, yo era todo lo contrario a él , más tímida y cerrada , pero
finalmente se ha terminado convirtiendo en mi mejor y único amigo. El que mejor
me comprende y con el que paso la mayoría del tiempo.Estuve tres años en el instituto mi tía me obligó, yo me
negaba. En el momento que cumplí dieciocho, tenía muy claro que no quería
seguir estudiando, así que mi tía me propuso un trato, si encontraba un trabajo
estable, me permitiría abandonar los estudios, y así fue como llegue a parar a esta tienda de alimentación con
César.
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