Forever

Forever

jueves, 20 de febrero de 2014

Capítulo 7- Hospital.


Suena mi despertador un lunes más, son las ocho de la mañana. Katy tiene que estar camino de la universidad y mi tía trabajando. Así que estoy sola en casa. Me despierto tranquilamente, no me cuesta mucho, esta noche he descansado lo suficiente. Me pongo mis vaqueros desgatados, una camisa azul marino y una rebeca gris de mi prima, con una bufanda gorda de lana. Una vez en la cocina me quedo parada delante del frigorífico casi vacío pensando qué puedo desayunar. Decido coger una manzana.
Camino hacia la tienda veo un coche de policía en el ayuntamiento. Me viene la idea a la cabeza de que vengan en mi busca , para interrogarme. Pero opto por borrar ese pensamiento y tener un buen día. No quiero pensar en ese tema.
Llego a la tienda más temprano de lo normal. Me sorprendo al encontrarme a Dani en el almacén.

-¡Buenos días!, ¿cómo tu por aquí tan temprano?- Le digo ocultando mi bajo estado de ánimo.

- Ah hola Helena. Me habías asustado. Estoy ayudando a César. Ha tenido que acompañar a mi madre al hospital esta mañana, y yo me he venido a la tienda a currar por él.

- Vaya, ¿qué le ha pasado a tu madre? ¿está bien?

- Pues no lose la verdad. Yo llegaba a casa, venía de la ciudad, sobre las siete y media más o menos. Y me encontré a mi madre tirada en el suelo y a César llamando al hospital. La ambulancia iba a tardar mucho así que decidió llevarla el mismo en la camioneta.

- Madre mía. Pobrecilla, espero que no sea nada grave. Por cierto ¿con tú padre que tal, arreglasteis las cosas? 

- No nos hablamos, últimamente no aparece mucho por casa tampoco, y cuando está pasamos el uno del otro. César y él tampoco se hablan. Y cuando lo hacen es en monosílabos. 

- Bueno ¿y tú que preciosa?- Me dice cambiando de tema.

- Yo bien, no hay novedades en mi vida ahora mismo.

-¿y tu prima cómo va? Hace tiempo que no la veo por el pueblo.

- Con eso de la facultad, pasa más tiempo en la ciudad que aquí. Esta todos los días dando viajes con el ciclomotor de aquí para ya.

El día se me hace ameno con Dani, saca muchos temas de conversación y es igual de bromista que su hermano. Pero estoy preocupada por César y por Carmen. No han dado señales de vida desde esta mañana, y son ya las seis de la tarde.
Voy a casa para ver si ha llegado mi tía quizás ella sepa algo.

-¡Ya estoy en casa!- Grito esperando encontrar respuesta, pero no me contesta nadie.

Entro corriendo buscando por el salón , la cocina , el baño. Pero no hay rastro de mi tía, y de Katy menos. Subo a las habitaciones, pero tampoco hay nadie. Mi tía suele estar en casa por las tardes. Empiezo a preocuparme.
Sin perder más tiempo cojo el autobús para ir al hospital. 

sábado, 15 de febrero de 2014

Capítulo 6- Recomposición


Me despierto y son las tres de la tarde. Es domingo, me he tirado toda la noche dando vueltas, Katy ha dormido conmigo, pero ahora no está en la cama. Habrá salido a hacer los recados. Me levanto de la cama con pensamiento de ir a comer algo a la cocina. Bajando las escaleras, apagada, después de la noticia de ayer, recuerdo mi quedada con César para ir al río. Ostras se me había olvidado por completo, lo he dejado plantado. Se habrá quedado un montón de rato esperándome en los olivos. Joder que tonta soy.
Bajo al salón acelerando mi paso, y mi tía no está. Entro en la cocina y cojo una manzana. En la nevera hay una nota:

*Tengo que ir a casa de Carmen, cuando te despiertes come algo, y si vas a salir rompe la nota, para yo saberlo. Te quiero cariño.*

Mierda, seguro que estarán hablando de las noticias de ayer, César se habrá enterado también. Ahora no puedo ir a ver a César, me moriría de vergüenza. Mejor me quedo en casa.
Me siento en el sofá y veo aparecer a Katy por la puerta, viene cargada con bolsas de la compra.
Se le cambia la cara completamente al verme sentada en el sofá. Estoy con una cola desecha, con los pelos de recién levantada. Llevo puesta una sudadera que me dejo César una noche que hacía mucho frío, es ancha de color negra con algunas letras en burdeo y unos viejos pantalones de chándal rojos que usos siempre de pijama. Tengo que tener unas ojeras enormes de tanto llorar.
Katy saluda efusivamente al reaccionar, se dirige a la cocina a guardar la compra contándome su viaje de aquí a la tienda.

-¿Sabes qué? Me he encontrado en la plaza a la zorra esa con la que me peleé por quitarme mi taquilla. Y ha hecho como si no me conociera la muy...

- Déjala , no merece la pena. Le digo con media sonrisa en la cara.

- Te veo bien.

- Si perfectamente, será por las ojeras que tengo.

- Has dado en el clavo, son las ojeras, te favorecen.

- Jajaja vale ya me has hecho reír, ya puedes parar de darme conversación e irte a estudiar, que lo estás deseando.

- Pero bueno ¿enserio crees que me gusta estudiar? Me gusta mi carrera , pero estudiar para los exámenes no me hace ninguna gracia, te lo aseguro.

- Te tiras el día pegada a los libros, te acabará gustando.

- Y tu pegada a César, te acabará gustando también.

- Dios. No empieces con eso ahora. Te he dicho mil veces que lo nuestro es una relación de hermanos, nada más. Y así va a ser siempre.

- Claro, yo podría ir para psicóloga ¿sabes?, solo mirándote a los ojos cuando hablas de César, se que te gusta.

-¿Pero qué dices? Tú estás tonta.

- Solo digo que quien se pica ajos come...

Nada mas soltar esa frase sale corriendo escaleras para arriba.

-¡Me voy a estudiar!- Me dice muerta de risa.

-¡ Como te pille te enteras.!

Salgo corriendo detrás de ella, pero sube las escaleras con tanta velocidad que se me quitan las ganas de perseguirla hasta su cuarto. Me quedo a medio camino, pensando lo que ha dicho de que siento algo por César. La verdad es que ni yo sé si realmente siento algo más por él.
Decido no darle más vueltas a eso. Es mi menor problema ahora mismo. Katy ha conseguido que me olvide de lo que me lleva abrumando toda la noche durante uno minutos, pero ya esta rondando en mi cabeza una vez más. El accidente de avión. 

domingo, 9 de febrero de 2014

Capitulo 5-Un viaje tres años atrás


Me quedó helada, un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Las lagrimas asoman por mis ojos, vidriosos. Intento aguantar, pero es imposible. Por muy fuerte que intente ser, esto siempre me ha superado. Mis padres murieron en ese vuelo, y yo soy una de las supervivientes. Me ha costado mucho olvidar lo trágico que fue ese día para mí. Llevo tres años pensando que todo lo ocurrido, fue un simple accidente de avión, pero resulta que fue un accidente provocado.
Katy ve que estoy llorando, me abraza, y yo me ahogo en sollozos. Ella empieza a acariciarme el pelo suavemente, desahogo toda mi impotencia, y todo el dolor que llevo acumulando todo este tiempo. Consigo calmarme, y me duermo lentamente, noto como Katy me acomoda en la cama y me tapa con el edredón.
No quiero despertar, quiero cerrar los ojos para siempre. No tener que ser fuerte, ni aguantar tempestades; tampoco quiero seguir escuchando que tengo que afrontar los problemas con una sonrisa, porque realmente no es verdad. A los problemas no se les tiene que sonreír, se les tiene que dar una patada y mandarlos lejos, pero hay veces que te dejan sin fuerzas y no puedes hacer nada para defenderte. Solo consigues caerte en el intento, y es entonces cuando te vas hundiendo, y llega un momento en el que piensas que es imposible salir del agujero en el que estás atrapada. Puede que no sea así, que simplemente tengas que buscar la salida, pero llevo tanto tiempo buscándola, que se agotan mis ganas de seguir luchando.
Mi tía habrá escuchado la noticia, pero ella nunca ha tenido el valor de hablar conmigo sobre aquel día, prefiero que sea así.
Mi único confidente es César, él es a la única persona a la que le he hablando de ese día. No tengo valor ni para contarle nada a la policía, no me siento capaz. Rompería a llorar nada más empezar a hablar.
Recuerdo lo contenta que estaba de que por fin íbamos a ir a Brujas, una ciudad preciosa de Bélgica. Recuerdo perfectamente el momento en el que nos subíamos al avión, yo iba caminando alegremente delante de mis padres con mi maleta roja de viaje. En aquel entonces tenía bastante ropa y era muy mona, no era tan descuidada con mi estilo. Mis padres, se querían mucho, eran una pareja feliz, orgullosa de la vida que llevaban, de la familia que tenían y de todo lo que habían conseguido. Mi padre era un hombre muy trabajador ,pero le dedicaba a su familia todo el tiempo del mundo. Nosotras éramos su pasión, mi madre y yo. ¿Qué decir de mi madre? Ella me educó y me enseño cosas que nunca seré capaz de olvidar. Nunca fui a un colegio de pequeña, todo me lo enseño mi madre. Se llamaba María, era castaña , tenía mi mismo pelo; y era una mujer guapísima. Me hubiera gustado parecerme más a ella.
Nosotras siempre estábamos discutiendo, si no era por una cosa era por otra. Hoy en día cuando recuerdo algunas de nuestras peleas, me asombra la paciencia que tenía conmigo. No era consciente entonces, de que realmente yo estaba equivocada, y mi madre siempre llevaba razón, cosas de la adolescencia.Teníamos mucha confianza, podía contarle casi todo a mi madre, con ella no era nada cerrada. Sus consejos siempre me ayudaban a elegir el camino adecuado, no me arrepiento de ningún paso que di a riendas de mi madre. Y realmente, aunque nunca hable de ella, si que la hecho de menos. Muchísimo. Y daría lo que fuera por cambiar ese día, y poder tenerla a mi lado, en los momentos en los que no se si estoy haciendo lo correcto o en los que no tengo fuerzas para seguir adelante.

Capítulo 4- El telediario.


Son las siete de la tarde , y ya empieza a caer la noche, el sol se va escondiendo poco a poco tras las montañas, y el frío amenaza. Creo que ya es hora de irme, he pasado un largo día en casa de César, y un merecido descanso. Lo que más me anima es que mañana es domingo, y tampoco tendré que ir a trabajar, si no que me iré a pescar con César, cosa que me entusiasma mucho.No sé como lo he hecho , pero he conseguido volver a mi casa sin que César me acompañe. Con lo tarde que es no iba a permitir que tuviera que venir conmigo hasta mi casa, me ha acompañado hasta el bosque, que es prácticamente lo que separa nuestras casas. Soy consciente de que nada más entrar por la puerta mi tía me va a regañar, por el comportamiento que he tenido esta mañana, y Katy estará ahí para pavonearse de mí.Decido no arriesgarme, la verdad no quiero que una tonta regañina me estropee el día tan bueno que llevo. Así que subo por la ventana de mi cuarto, es complicado subir, pero no es la primera vez que lo hago. Katy dice que no entiende porque mi cuarto sigue teniendo una puerta, si siempre entro y salgo por la ventana. Pero bueno, ese dato solo lo tiene ella, mi tía no sabe que repto por las paredes de la casa para llegar hasta mi habitación.Me acomodo en la cama, pero no tengo nada de sueño. Voy a poner la tele, a ver si echan algo interesante.Pongo el canal de las noticias, es lo único que más o menos me gusta ver. Mi tía se tira las tardes del domingo viendo corazón, es algo que yo no entiendo, ver a gente que está mal de la cabeza pelearse a gritos, y vender su vida a todo el mundo.Suena la puerta.

-¿Otra vez entraste por la ventana?- Me dice Katy con cara extraña.

- Mas o menos.- Le digo suspirando.

Katy se sienta a mi lado, en la cama.

-¿Qué ves?

- No tengo sueño, he puesto las noticas por ver algo.

- Que pelmazo, odio las noticias, solo te dicen desgracias.

- Te dicen cómo va el mundo, la gente que intenta cambiarlo, y la gente que intenta destruirlo. Está bien saberlo.

- Es aburrido, y te termina deprimiendo. Yo prefiero ver series o películas son más entretenidas. Es más si ves una buena serie te terminas enganchando.

Nos echamos unas risas. Hacía tiempo que no manteníamos las dos una conversación de esta manera, como dos buenas amigas, que en el fondo somos. Katy coge un bolígrafo y una hoja del cajón de mi mesita de noche, y empieza a hacer una lista con sus series favoritas, justo al lado hace otra columna con sus pelis.

- Bien, ahora te voy a hacer un pequeño resumen de todas las series y películas de esta lista. Y tú vas a elegir las que más te gusten. ¿entendido?

- Esta bien...

- Empezare por la series.

Se tira una hora y media por lo menos resumiéndome esa lista infinita de series y películas. Aunque realmente no me este interesando bastante , hay varias pelis que me han entrado ganas de ver, y series bastante curiosas.

-¿Y bien, cuales te quedas?

- Mmm... Pues a ver me han gustado la serie de perdidos, la película de Los Juegos del Hambre y Titánic.

-¿Ya está? Pues vamos a verlas juntas empezaremos con Titánic es la que más me gusta a mí. Y también vamos a ver la serie de los protegidos, y la de ángeles y demonios. Te van a encantar ya verás.

- Jajaja Está bien, pero con una condición. Tú te tienes que leer mis libros favoritos.

- Trato hecho.- Me guiña un ojo y las dos reímos juntas a carcajadas.

Hemos pasado un buen rato las dos, hablando de todo un poco echaba de menos a la buena Katy, la amable y divertida. Le digo que se quede a dormir en mi habitación, y ella acepta con una amplia sonrisa.
 A lo mejor no es mala idea invitarla mañana a pescar con César y conmigo.Justo cuando me decido a decírselo, ella coge el mando de la tele y me cierra la boca, sube el volumen:-"Unos investigadores de la policía han descubierto pruebas de que el accidente del vuelo Airbus 360-240 de la compañía Iberia, pudo ser provocado, y no un simple accidente. Este avión fue estrellado hace escasamente unos tres años. Hubo algunos supervivientes, a los que la policía esta localizando para ser interrogados. Todo lo que recuerden de ese día pueden ayudar a la investigación[...]"En cuanto termina la noticia a Katy se le cae el mando de las manos, se queda mirando la tele inmóvil.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Capitulo 3- Dani al ataque.


Está sonando mi despertador, no tengo fuerzas para levantarme, creo que voy a dejar que suene la segunda vez. Estoy físicamente destrozada.Suena por segunda vez,  y cuando miro el reloj, es ya medio día. Del bote que pego, me caigo de la cama. Es imposible, no pueden ser las doce. Hace más de dos horas que tendría que estar en la tienda. 
Me visto con lo primero que pillo, bajo las escaleras corriendo, volando diría yo. Mi tía está leyendo el periódico en el sofá, tomándose un café. Tiene pinta de que no se ha despertado hace mucho.

- Tita ¿¡se puede saber porque no me has avisado!? Son las doce , llego tremendamente tarde a la tienda.

- Cariño tranquilízate, he hablado con Carmen, la madre de César, y hemos quedado que hoy no vas a ir a trabajar. Necesitas descansar y le ha parecido bien.

-¡Pero bueno, quien te crees que eres para cancelar un día de trabajo!. ¡César va a tener que hacerlo todo solo, eso no es justo!. Es mi deber estoy comprometida. No puedo dejar de ir a trabajar porque esté cansada.

-¡Helena ese tono, te tranquilizas ya! No puedes llevar este ritmo de vida, eres joven. Soy tu tía, estas a mi cargo y es lo que hay hoy. No te creas una adulta porque no lo eres todavía.

- No seré una adulta pero creo que soy ya bastante madura, como para tomar mis propias decisiones.

Me voy enfurecida y cierro la puerta de un portazo.

Puede que me haya pasado un poco con mi tía, pero no me gusta que tomen mis decisiones, y haber dejado tirado a César de esta manera no me hace ninguna gracia.Así que me decido a ir a casa de César, voy a hablar con Carmen de lo ocurrido, no pienso permitir que vuelva a pasar.

Toco la puerta suavemente, esperando a que alguien me abra.

Carmen abre la puerta, algo desconfiada, cuando me ve su expresión cambia completamente. Llena de alegría me saluda efusivamente. -¡Helena! Buenos días preciosa. ¿Cómo tú por aquí?

- Buenos días Carmen , puedo pasar necesito hablar contigo.

- Claro cariño, pasa. Como si estuvieras en tu casa.

Nada más entrar me encuentro con Dani, está discutiendo con su padre, supongo que por la guitarra nueva que se quiere comprar.César no me ha hablado mucho de su padre, no sé nada de él, nunca se pasa por la tienda, ni lo veo cuando vengo. 
A Dani siempre le ha apoyado con todo el tema del fútbol. Pero no le hace mucha gracia su afición por la música. César y Carmen nunca han entendido a que se debe.

-¡Venga ya papá! ¿Se puede saber porque no me la puedo comprar con mis ahorros?

-¡Porque no Dani! Hay cosas más importantes que pagar en esta casa, que una absurda guitarrita. Por ejemplo los estudios que tu hermano no pudo tener, y tu sí.

- Otra vez estamos con esas. Mi culpa no es que no tuvierais dinero para que César terminara su carrera ¿vale? Y me importa una mierda si me das permiso o no, me voy a comprar la guitarra y punto.

- A mí no me hables así Dani ¡te la vas a ganar! Que sepas que tienes terminantemente prohibido salir a entrenar, te vas a quedar en casa con tu musiquita.

Enrique, va a toda velocidad hasta el cuarto de Dani, coge el balón de fútbol que César le regaló en su cumpleaños pasado. Fui yo con él a comprarlo. Lo lleva a la cocina, Dani va detrás suya ordenándole a gritos que lo suelte. Enrique pone el balón sobre la encimera, y con un cuchillo lo raja en dos.  En ese momento Carmen, que estaba a mí lado contemplando la pelea de padre e hijo , decide intervenir-

-¡HIJO DE PUTA! ¿QUIEN COÑO TE CREES? ERES UN GILIPOYAS, NI TE ATREVAS A TOCARME, EN TU VIDA. 

Carmen intenta calmar a Dani, - Dani déjalo ya, para por favor. Te lo puedo arreglar, eso se cose, vete para tu habitación no empeoréis más las cosas.- Pero sus intentos son inútiles.

-¡Cómprate tu guitarrita, corre, que el fútbol no lo vas a ver en un tiempo! Le grita su padre enfadando más a Dani.

Dani empieza a darle puñetazos a la pared de baldosas de la cocina hasta que rompe un azulejo, los nudillos le sangran. Yo me siento cada vez más incomoda en el pasillo. Justo en ese momento entra César por la puerta, viene de hacer recados. Las dos bolsas con comida que traía en la mano, se le caen nada más entrar por la puerta. Va corriendo hacia Dani y lo separa de la pared, intenta que se tranquilice, pero Dani no para de gritar y de insultar a su padre. Esta realmente cabreado. Nunca lo había visto así.

- Madre mía que apuro más grande Helena , siento que tengas que ver todo esto, ¿qué te parece si nos vamos al salón nosotras?

- No, creo que tendrías que solucionar todo este lío, yo mejor me voy, solo venía a decirte que pensaba ir a trabajar ahora por la tarde.

- No,no,no. No te preocupes esta tarde no vamos abrir. Pero quiero que te quedes a comer. Vete para el salón, ahora va César contigo cariño.

- Esta bien...

Me siento en el sofá a esperar, no me apetece poner la tele . No suelo verla, así que no hay nada que realmente me pueda interesar. Se escuchan los gritos desde aquí. Me ha parecido muy cruel Enrique al romperle el balón.   Ahora distingo claramente un grito de César, está discutiendo con su padre. Todo esto es de locos. Siento que sobro aquí.

- Helena... Siento que hayas tenido que estar presente. Pero mi padre es un gilipoyas.- Me dice César bastante afectado.

- No pasa nada, no tendría que haber venido la verdad.

- No digas eso ,acostumbrado a verte todos los días, me sentía raro sin ti en la tienda. Estoy contento de que hayas venido.

En ese momento entra Dani, viene con los nudillos ensangrentados, y muy serio. Se sienta al lado nuestra, y tras estar varios segundos en silencio, rompe a llorar. Se me acaba de partir el corazón , verlo así  es muy triste. Lo levanto y le doy un abrazo muy fuerte. Veo como eso le hace sentir mejor. César le da un abrazo también, y le susurra algo al oído , no soy capaz de escucharlo. Sin decir ni una palabra se le ve que se siente mejor. Se levanta y se dirige a su cuarto.

- No saldrá de su cuarto en un tiempo, le afectan mucho las peleas con mi padre. Me dice poniéndose la mano en la frente bastante pensativo.

-¿Esto suele pasar a menudo?

- Pues sí, conmigo nunca ha tenido una pelea tan fuerte. Pero Dani pierde los nervios muy rápido. Y bueno... ya ves lo que pasa cuando los pierde. Es igual que mi padre.

- Siento que hayas tenido que presenciar esto de verdad. ¿Quieres que juguemos el trivial?

-¿Ahora?

- Claro, podemos bajar al sótano. Como hacíamos antes.

- Esta bien, vamos jajaja.

 Nos dirigimos al sótano, allí es donde nos metíamos siempre a jugar los dos. Siempre solíamos imaginarnos que era un establo y cada uno tenía un caballo, le lavábamos, le peinábamos, le dábamos de comer, hacíamos carreras, nos lo pasábamos en grande. Carmen siempre bajaba a regañarnos, nos decía que saliéramos a jugar a fuera, al aire libre, que nos tirábamos todas las tardes ahí, y nos amenazaba diciéndonos que un día nos iban a comer las cucarachas del sótano. Nunca vimos ninguna cucaracha, pero todavía tengo la duda de que haya.

El sótano está muy cambiado desde la última vez que lo vi, está mucho más limpio y vacío de trastos. Sigue habiendo algunas telarañas en el techo, y una mesa vieja con un boquete que le hicieron los ratones hace mucho tiempo. Al fondo de la sala hay un baúl grande, donde están todos los juegos, la mayoría son juegos de mesa y alguno de cuando éramos pequeños.César abre el baúl, y forma un remolino de polvo, se ve que hace bastante tiempo que nadie usa este sótano. Saca el trivial, y empezamos a montar el tablero en la mesa.

-¿Estás preparado para perder?- Le digo en tono desafiante.

-¿Cómo? Que fuera tonto de pequeño, no quiere decir que lo siga siendo no se confíe señorita.

Nos ponemos a jugar al trivial, las risas predominan durante toda la partida. Es divertidísimo jugar con César a cualquier cosa. Siempre hace cualquier tontería y termina perdiendo, empiezo a pensar que me deja ganar.El es la única persona, con la que me he reído a carcajadas. 

Estamos muriendo de risa, cuando vemos bajar a Carmen. Trae una bandeja con dos platos de arroz con setas, también trae una jarra de limonada. Pone la bandeja en la mesa, y nos sirve la limonada. César sigue con sus tonterías, a mi me duele la mandíbula de tanto reírme, y al mirar la hora me doy cuenta de que son las tres, llevamos más de dos horas metidos en el sótano.- Que me gusta veros así de contentos a los dos. Venga comeros el arroz antes de que se enfrié. Me voy no molesto más- Nos dice Carmen seguido de un guiño.

- César, ¿qué te parece si mañana temprano vamos al río?

- Pues claro eso no se pregunta, nos podemos llevar las cañas de mi padre, a ver si pescamos algo. 

domingo, 2 de febrero de 2014

Capitulo 2- Lluvia de estrellas.


Después de un merecido descanso, tenemos que seguir trabajando, es entonces cuando vemos entrar por la puerta a Dani, el hermano pequeño de César.

- Bueno, bueno ¿que tenemos aquí? si es la parejita del pueblo. Pásame una Coca-Cola anda preciosa.

 - Que alegría verte por aquí Dani- Le digo algo sarcástica.

- Todo los días dando por culo , te voy a empezar a cobrar la Coca-Cola chaval.

- Se que estáis estresados de tanto trabajo duro , pero tranquilos. Yo también he tenido una mañanita ajetreada jajaja.

-¿Jugando al futbol no? Que envidia me das macho.- Le digo más animada.

- Si entrenando un poco, y adivinar quién está ahorrando para comprarse una nueva guitarra, yooo!

- Anda ¿te ha dejado mamá?-. Le dice César algo extrañado.
- Más o menos, le he dicho que voy a ahorrar ,pero no para qué.

 -¿Y lo del equipo de futbol qué?- Le pregunto algo intrigada.

- Bueno eso tendrá que esperar , ahí sí que no llegamos. Es mucho dinero al mes.
- Para algo que se te da bien- Le dice César descojonandose.

 - Anda caya ya jajaja! Bueno os dejo, voy a seguir limpiando coches a ver si me saco algo de propinilla.- Dice Dani despidiendose. 

 Son ya las nueve de la noche, terminó el vender comida, ahora toca soportar a mi estresante prima de vuelta de la biblioteca, que es donde suele tirarse todas las tardes desde que empezó la universidad, se está tomando muy enserio su carrera. Pero tanto estudiar hace que se vuelva más irritante de lo que ella es de por sí.

- Dicen que esta noche va a haber lluvia de estrellas, la gente va a ir al lago a verlo, podemos ir juntos si quieres.

 La propuesta de César me gusta bastante, todos los años hay una lluvia de estrellas a principios de septiembre. Y me vendría bien relajarme un poco esta noche. Lo malo es que va todo el pueblo, y no me gustan mucho las multitudes, en este pueblo sigo siendo la niña rara que se le murieron los padres. 

-¿Lluvia de estrellas? Seguro que el lago se va a llenar de gente, sabes que eso no me hace mucha gracia.

- Tranquila, un publicista piensa en todo. Ya sabía ese pequeño dato, así que he encontrado un sitio ideal donde ver la lluvia de estrellas mucho mejor que en el lago y vacío de gente. ¿Se atreve señorita?.

César y su hermano, tienen el mismo sentido del humor y son igual de extrovertidos, vendrá de familia. Además te convencen de hacer cualquier cosa ,por mucho que te niegues terminas haciéndoles caso.

 - Esta bien, iremos. Pero antes tengo que avisar a mi tía, tiene que llegar en breve del trabajo.

De camino a mi casa nos encontramos con mi prima, a mi prima no le hace mucha gracia que pase tanto tiempo con César, le cae muy bien, pero dice que me voy a terminar enamorando, y que el ya está enamorado de mi. Cosa que no es cierta, porque lo nuestro es solo amistad, una amistad muy buena donde la confianza es enorme.

- Hombre ¿como vosotros fuera de la tienda?- Nos dice Katy con su increíble buen humor.

-¿Como tu fuera de la biblioteca?- Le respondo algo enfadada.

- Halla paz chicas.

- Esta noche es la lluvia de estrellas ¿iremos a verla no?- Me dice Katy  mirándome fijamente.

- Yo no, estoy cansada.

En ese momento mire a César desesperada, para que me cubriera, no quería que Katy se enterara de que nos íbamos juntos al lago, encima a un lugar apartado de la gente. Se iba a pensar cosas que no son.

-¿Y tú César?- Vuelve a preguntar.

- Mmm,yo a lo mejor me paso.

Llegamos a mi casa, y sabía que Katy iba a tardar en arreglarse para ir al lago, siempre va impecable, y esa terminantemente prohibido para ella repetir algún conjunto. No es que tenga mucha ropa, pero sabe combinarla bastante bien.
Katy se mete en la casa, para empezar cuanto antes la operación ¿qué me pongo?, entonces César me clava una mirada asesina.

-¿Se puede saber cómo cojones piensas ir al lago sin que te vea tu prima? ¿Y porque no quieres que te vea?

- Ya sabes lo que piensa de nosotros dos , si se entera de que vamos juntos, y no nos ve entre todo el barullo de gente, se va a pensar algo raro.- Le digo a César algo arrepentida.

- Pues que piense lo que quiera Helena, tu y yo sabemos lo que hay, y el resto de la gente te tiene que dar igual.

- Dejémoslo así, esta mejor. Espérame donde siempre, en los olivos , dentro de media hora estoy allí, tengo que esperar a que mi prima se vaya.

- Esta bien...

Es la primera vez que veo a César molesto. Siempre tiene esa sonrisa en la cara, que me da tanta alegría por las mañanas.
Me siento un poco mal por este pequeño malentendido, a lo mejor cree que no quiero que piensen eso de nosotros porque me da vergüenza. Pero realmente no es así.Desde que empezamos a ser amigos, e íbamos a todos lados juntos, la gente se metía mucho con César, algunos le llamaban marica, otros decían que solo tenía ojos para mi , que era un lameculos, lo trataban como a un pringado. Él me dice que siempre lo han tratado así, que no es culpa mía, pero sinceramente, no le creo. Todos esos insultos vienen a raíz de su relación conmigo.Decido dejar a un lado lo que acaba de ocurrir, seguro que cuando estemos en el lago se le pasa el mosqueo.Al entrar en casa mi tía está haciendo la cena, huele que alimenta, y la verdad traigo mucha hambre, es el entretenimiento perfecto para esperar a que se arregle Katy.

-¡Helena, si has llegado! No te he visto en todo el día cariño, ¿qué tal en la tienda?- Mi tía me recibe tan cariñosa como siempre.

- Hola tita, muy bien la verdad , ha sido un día largo.

 - Me lo imagino cariño, bueno siéntate la cena esta casi lista.

Empiezo a comer, mas bien a engullir el plato de pasta que me sirve mi tía. 

 Katy baja por las viejas y sucias escaleras de madera que dan al altillo , donde tenemos nuestros dos cuartos. 

- Ya estoy lista. ¿Qué os parece?
Me deja con la boca abierta, va espectacular. Con un vestido rojo corto , ceñido por arriba con un cuello cerrado, y con mucho vuelo. Debajo lleva unas medias tupidas negras, unas manoletinas doradas con brillitos súper elegantes. Y el pelo suelto cayéndole por el pecho, ondulado de la trenza que ha llevado puesta todo el día.Parece una estrella de cine. Yo sin embardo soy mucho más sencilla para eso de la ropa, voy siempre con mis vaqueros desgastados y camisetas anchas, no me gusta cómo me queda la ropa ceñida, y tampoco me veo como Katy, con un vestido de súper estrella.


 - ¿Qué te parece Helena, me das el visto bueno o no?

 - Jajaja. Te queda sensacional. Te van a envidiar todas las niñas del pueblo. Yo que tu tendría cuidado esta noche.

Término de comer y no tengo muchas ganas de que mi tía me eche una charla, ni que me pregunte qué me pasa. Porque se me nota en la cara que estoy disgustada. Así que subo las escaleras corriendo y le doy las buenas noches a mi tía.

Ha pasado ya media hora desde que me despedí de César, tiene que estar en los olivos esperándome.
Pongo la almohada como si fuera yo, tapada con la manta. Para que parezca que estoy en la cama. Cojo una chaqueta, hace algo de frío. Y decido ponerme el pelo suelto , con un gorro gris de lana. Salgo por la ventana del cuarto de Katy, es más complicado salir por la mía, y voy corriendo hasta el punto de encuentro con César. Y efectivamente ahí está, apoyado sobre un árbol con cara de aburrido, debe llevar ya un tiempo esperándome.

- Siento el retraso ¿llevas mucho tiempo aquí?-Le dedico una de mis mejores sonrisas, no sé si se le ha pasado el enfado todavía.

- Señorita, llega diez minutos tarde. Le voy a tener que comprar un reloj para que empiece a serme puntual. A un chico de mi categoría no se le puede hacer esperar.- Me dice con esa sonrisa tan deslumbrante que tiene siempre. 

 - Perdona, mi prima ha tardado años en arreglarse. Parece que va a una pasarela en vez de al lago.

Empezamos a caminar entre los olivos había oscurecido hace ya rato, la lluvia de estrellas tiene que estar a punto de empezar.

- Ya hemos llegado Helena. Detrás de esa pequeña colina vas a ver la mejor lluvia de estrellas que hallas visto en toda tu vida.

Realmente es un buen sitio, no hay nada de gente, es solo para nosotros, cuando pasas la colina se ve un acantilado enorme. Y una piedra plana bastante grande donde supongo que nos sentaremos pare ver la lluvia. Se puede ver desde aquí todo el cielo estrellado, es impresionante y a lo lejos se ve el lago con la luna que se refleja sobre el . Los árboles que mecen sus hojas de un lado para otro con el suave viento , y ese fresco olor a menta que viene del bosque, hacen que todo sea mucho más mágico.

 - César, esto es precioso

- Si es genial.

 Justo en ese instante comenzó la lluvia con la primera estrella, una estrella grande y brillante , que caía a gran velocidad.

Me acomodo en la plana piedra, mis pies están colgando en el precipicio, y yo tumbada hacia atrás. De esta manera parece que las estrellas caen hacia mí. César se pone a mi lado , pero él está incorporado. Los dos estamos disfrutando de este maravilloso momento. El cielo está repleto de estrellas brillantes que caen desde arriba, y ves como se reflejan en el lago. Todo el bosque esta en armonía, es una noche mágica, y tenemos la suerte de disfrutarla cada año.
Por un momento mi mirada se aparta de el cielo, observo detenidamente a César, se encuentra maravillado, se le ve en los ojos lo mucho que está disfrutando. Puedo ver en su rostro esa sonrisa, que me ha iluminado cada día que he pasado con él, cada mirada cómplice que nos hemos dedicado el uno al otro, puedo ver su ceño fruncido cuando se enfada conmigo, su mirada de estar perdiendo la paciencia, y mira que es difícil que él la pierda. Justo ahora me estoy dando cuenta, de lo mucho que ha hecho esta persona , que está sentada a mi lado disfrutando como un crío , por mí. Me ha regalado cada minuto , cada segundo de sus días, durante estos últimos tres años, desde el principio. Por mucho que las cosas empeoraran, o se complicaran , nunca tiró la toalla, siempre estuvo a mi lado, protegiendo a la chica fuerte. La que tiene una gran coraza, porque no quiere volver a sufrir, pero que en el fondo es la chica más frágil de todas. Y sólo él se dio cuenta , de que realmente si que necesitaba a alguien en el que apoyarme, aunque no lo demostrara e intentara evitar cualquier tipo de ayuda.

-¿Helena te pasa algo?


 
Me quedo blanca y muerta de vergüenza. Le respondo como puedo:  -No, nada.

- Ah como me estabas mirando pensaba que te sentías mal o algo.

- No tranquilo no es nada. Qué bonito ¿verdad?


- Si esto es como un sueño.

- Si, y creo que va siendo hora de soñar un poco. Es tardísimo tendría que ir volviendo a casa. ¿Te vas a quedar ?

- No te acompaño, no tiene sentido seguir viendo esto solo.

 El camino de vuelta se hizo bastante largo, yo estaba muy cansada. El pensar que mañana tengo que madrugar y volver a la tienda, hace que me entre mas sueño todavía.