Me tiembla todo el cuerpo, César lo nota me coge la mano
y me la aprieta fuerte. Eso me tranquiliza un poco, pero sigo paralizada. Me
quedo de pie delante de todos. Mi tía se levanta y saluda a César muy contenta
, hacía tiempo que no le veía. Me da dos besos a mí y me dirige hacia el centro
del salón.
- Bueno esta es mi sobrina, Helena.
Una chica rubia con una trenza de espiga, bastante guapa
y joven se acerca a mí y me da dos
besos. Va un poco maquillada, con los labios rosas y los ojos delineados en
negro. Su sonrisa es tranquilizadora y muy dulce. Tendrá unos treinta y siete
años más o menos.
- Encantada, tenía muchas ganas de conocerte Helena.
No soy capaz de pronunciar palabra, todo esto me ha
pillado de sorpresa.
- Buenas, yo soy César. El mejor amigo de Helena.
- Un placer.- Y otra vez esboza esa sonrisa tan dulce.
A continuación se presenta el chico que viene con Lidia.
Es alto y moreno, con los ojos azules. Tiene unos dientes perfectos y pelo
castaño. Se ve que hace ejercicio a menudo, tiene los músculos bastante
definidos.
- Este es mi compañero, Raúl.
- Encantado Helena.
- Hola.- Es la única palabra que logro pronunciar.
Me da dos besos y César me conduce al sofá para
sentarnos.
Mi tía intenta quitarse del medio discretamente - Bueno
creo que voy a poner la cafetera ¿quién quiere un café?
- Yo te agradecería mucho un cortado.- dice Lidia con esa
maldita sonrisa.
- Tienes una sonrisa muy bonita jajaja. Le dice Lidia a
César.
- Gracias.-César le guiña un ojo.
No sé qué diablos hace esta tía ligando con César. Y el
otro que le sigue el royo. No empezamos nada bien.
Katy se acerca y me susurra al oído:
-Voy a hacerte una tila ¿vale?
Y me da un beso en la frente. Se levanta tras mi tía y se
van las dos a la cocina.
Lidia toma la palabra - Bueno Helena, cuéntame ¿cuánto
llevas viviendo en este pueblo?
Me quedo callada, esto me resulta incomodo y me empiezo a
agobiar.
Y César decide responder por mi - Lleva ya tres años
viviendo aquí. Parece que fue ayer cuando llego nueva al instituto jajaja.
-¿Tres años? Guao llevas poquito, y ya tienes a un amigo
genial.
Me empieza a molestar la actitud de Lidia, me está
tratando como a una imbécil y a la vez le está echando los trastos a César ¿de qué va esta tía?
-¿Por qué no vas al grano
de una vez y terminamos ya con este paripé que estás haciendo?- Le digo
cabreada.
Escucho como Raúl suelta una pequeña carcajada que
intenta ocultar tapándose la boca. César sin embargo me mira enfadado. Sabe lo borde que puedo llegar a
ser, y esto es solo el principio.
- Helena, yo estoy aquí haciendo mi trabajo. Entiendo que
te moleste tener que aguantar a dos desconocidos que te vayan a interrogar
sobre un día que seguramente no quieras recordar, pero es por un bien común.
Tenemos que averiguar quien provocó ese accidente. Y creo que en el fondo tu
también quieres que se haga justicia ¿ o no?
Lidia cambia de personalidad completamente, ha pasado de
ser la chica dulce y agradable a ser la chica directa y clara.
Raúl hace su primer acto de presencia: - Podemos dejarlo
para mañana, la chica no se esperaba nuestra visita.
- Si yo creo que mañana podréis hablar más
tranquilamente. Helena tiene que descansar.- Le apoya César.
- No estoy cansada.
- Helena no seas cabezona ¿vale? Mañana habláis
tranquilamente.- Me dice César desesperado.
- No tomes mis decisiones joder. Me da mucho coraje.
Quiero hablar ahora.
- De todos modos no hemos venido para hacerte el
interrogatorio ahora. Solo para conocerte y que tu nos conozcas a nosotros.
Vamos a pasar bastante tiempo juntos. Tenemos muchas cosas de las que hablar.
- Vale ya os conozco, ¿me puedo ir entonces no?
- Como quieras.- Dice Raúl, que se queda con la última
palabra.
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