- Ostias.- Dice Katy con la cara descompuesta.
- No sabía que hubiera que pedir cita para usar el baño.-
Suelta Dani, tan bromista como siempre.
-¿Desde cuándo estáis vosotros dos liados?- Pregunta
César tan sorprendido como yo.
- Veo que no soy la única pardilla que no se había
enterado de esto. Katy ¿alguna explicación?
- Lo siento Helena. Era una relación sin compromiso, nada
serio.
- Hm ya veo. Amigos con derecho a roce ¿no?
- Has dado en el clavo, es más, ahora mismo estáis
interfiriendo en el roce.- Dice Dani.
Esboza una sonrisa picara que hace que me entre la risa a
carcajadas. Mi cerebro no termina de procesar la información que acaba de
captar. Esto es increíble, Katy la perfecta universitaria ,con Dani, el chico deportista
de 19 años que quiere vivir de la música y que sigue en el instituto.
- Sera mejor que salgamos del baño, como entre mamá va a
ser difícil de explicar porque estamos los 4 aquí metidos.- Dice César, con la
cara de asombro todavía.
- Si, vamos a ir saliendo que me muero de hambre.- Dice
Katy intentando cambiar de tema.
- Pues por lo que se ve hace cinco minutos no pensabas
comer pollo asado.- Le digo cruelmente.
Dani no puede aguantar la risa : - JAJAJA. Me parto con
tu prima.
-¡Cállate!- Gritamos Katy y yo a la vez.
- Dejar el tema los tres.- Dice César algo enfadado.
- Ya era hora ¿donde os habíais metido los cuatro?- Nos
pregunta Carmen algo intrigada.
- Nada mama, haciendo una orgía en el baño.- Dani y sus
bromas otra vez.
- Of Dani todo el
día con las bromas de mal gusto. Sentaros anda que se enfría el pollo.- Dice
Carmen sin hacerle caso.
- No importa, si se enfría ya va Katy a calentarlo.-
Vuelvo a soltarle otra pullita a Katy.
Se le descompone la cara, Dani se descojona y César me
lanza su mirada asesina. Con eso me he quedado bastante a gusto, y conseguimos
tener la comida en paz. Ninguno de nosotros vuelve a sacar el tema.
Mientras que Dani y César recogen la mesa, Katy me aparta
a un rincón del salón para hablar conmigo de lo ocurrido.
- No esperaba que te lo tomases así.- Me dice algo
molesta.
- Es Dani. ¿Cómo querías que me lo tomara? Es buena
gente, no te digo que no , al fin y al cabo es uno de mis mejores amigos. Pero
te conozco, y sé que estas enamorada de él. Eres de las chicas que buscan un
príncipe que te haga vivir en un cuento de hadas. Y Dani precisamente no es de
esos príncipes. Tu no buscas un rollo de una semana, buscas una relación de
verdad, y un tío que se sacrifique por ti y te valore.
- Se como lo ves, pero que la relación no sea estable no
significa que no sepa en lo que me estoy metiendo. Dani tiene todo lo que me
gusta de un chico. Es simpático, atento, cariñoso, un chico sin complicaciones
ni ataduras. Vamos despacio, y sin agobios. Pero sé que no está jugando
conmigo, soy la única chica ahora mismo en su vida.
- Respeto tu decisión y sabes que tienes mi apoyo, pero
por favor piensa bien lo que haces. No quiero verte un mes encerrada en tu
cuarto comiendo helado y viendo pelis de desamor.
- Prometido, pensaré con la cabeza e iré despacio.
Jajaja.
- Esta sema duermo aquí no se si te ha comentado algo tu
madre.
-¿Enserio? Jope. Esta noche me apetecía dormir contigo.
Tenemos mucho de qué hablar. Y por cierto no se me olvida que antes de que yo
entrara, estabais César y tu solitos en el baño.
- No es lo que piensas. Yo estaba mandando un mensaje en
el baño, y César entró sin darse cuenta...Luego entrasteis tu y Dani y eso es
todo.
- Claro, mandando un mensaje en el baño.
Katy se aleja mientras me mira con cara divertida. De
verdad se cree que entre César y yo hay algo. Que tía más pesada. Aunque a
veces ni yo misma se si realmente lo hay o no.
Katy ya se ha ido a casa, Dani va con ella a acompañarla.
Mientras, César y yo fregamos los platos y recogemos la cocina. Carmen entra
sigilosa para ver lo que nos queda.
- Bueno chicos yo me voy a la cama ya. César cuando
terminéis prepara la cama de Helena.
-¿Ah te quedas a dormir?
- Si... bueno en realidad me quedo toda la semana jajaja.-
Le respondo tímidamente.
- Ala que bien. Seguro que soy último en enterarme
¿verdad? jajaja.
- Era una sorpresa. Bueno buenas noches, no os acostéis
muy tarde.
-¿Y papá?- Pregunta César extrañado.
- Hoy hace noche en la oficina, tiene mucho trabajo.
- Claro , mucho trabajo. Olvide ese pequeño detalle.
- César no le des más vueltas, tu padre siempre ha sido
un hombre muy metido en su trabajo.
-¿Tanto que se olvida de su familia?
- Sabes que no es así, papa nos quiere.
- Mama déjalo, ya estoy acostumbrado.
- Buenas noches.
Carmen se va bastante triste. Va con su camisón de seda
blanco con margaritas pequeñas amarillas y unas zapatillas de oveja muy
graciosas. Pero ni eso me hace sonreír. César lo está pasando realmente mal y
el resto de su familia peor todavía. Yo ya no sé si hago bien pasando aquí la
semana o si realmente estoy estorbándoles.
- Venga que los platos no terminan de fregarse solos,
ayúdame anda jajaja. - Me dice intentando olvidar la conversación que acaba de tener
con su madre.
Le lanzo una pequeña sonrisa casi invisible, intenta que
no me sienta incómoda y ocultar su malestar. Pero lo conozco, y todavía le
queda mucho por sufrir con su padre.
Los dos continuamos recogiendo la cocina, y nos ponemos a
cantar nuestra canción favorita
"Can't hold us" de Macklemore, justo en ese momento noto como
vibra mi móvil, me están llamando.
- Ups me llaman, perdona.
Miro la pantalla aterrorizada. Mierda. Es Raúl. Se me
olvidó por completo contestar al mensaje. Con todo lo que paso en el baño, se
me fue de la cabeza. Descuelgo el móvil con un poco de miedo, intento no
parecer nerviosa, César me mira atentamente.
-¿Si?
-¡Hola Helena! Llamaba para confirmar lo de mañana, me
debes un café ¿recuerdas? jajaja.
- Hm lo de mañana, si un momento.
Decido salir al pasillo para hablar de esto, no quiero
que César sepa que voy a tomar café con Raúl, el joven policía. No tan joven
para mí.
-¿Con que mañana no?- Le pregunto retomando la
conversación.
- Sí. Podemos quedar después del interrogatorio. Si
quieres claro.
- Hm mañana me viene bastante mal, ya hablamos para
quedar otro día ¿vale?
- Está bien, nos vemos.
- Adiós.
Cuelgo el teléfono y me quedo pensativa en el pasillo. No
sé que puede salir de todo esto, pero no me hace mucha gracia.
Entro en la cocina y César está sentado en la encimera,
esperándome.
-¿Estás cansada?
-Si un poco, y mañana me tengo que despertar temprano.
-Bueno, pues ayúdame vamos a sacar tu cama.
Sacamos el colchón del sótano, y lo llevamos como podemos
hasta el cuarto de César. Tiene un cuarto muy acogedor, es mucho más pequeño
que el mío, pero tiene espacio más que suficiente para los dos. Mientras que
César le pone las sábanas a mi cama, yo voy al famoso baño a ponerme el pijama
y a lavarme los dientes. No estoy tan cansada como otros días, pero el pensar
que mañana tengo que ir a la tienda hace que me entre todo el cansancio del
mundo.
Los dos nos dormimos rápido. La noche es fría y hace un
viento horrible. Las ventanas del cuarto de César no paran de temblar, parece
que se van a salir de un momento a otro. Es imposible dormir con este ruido.
Sin embargo, César esta roncando con la boca abierta y la baba colgando. Es
increíble lo que duerme este tío.
Justo cuando
consigo dar una cabezada me despiertan unos gritos que parecen venir de la
cocina.
-NO ME PUEDO CREER QUE LE HAGAS ESTO A MAMÁ, ERES UN
CABRÓN. PENSABA QUE SEGUIAS QUERIENDO HA ESTA FAMILIA, PERO YA VEO QUE ERES UN
DESGRACIADO.